lunes, 13 de enero de 2014

Un Segundo de Vacaciones

Mentalmente estamos acostumbrados a pensar en las vacaciones como períodos prolongados de tiempo en los que nos permitimos premiarnos por un año de trabajo continuo. Pasear sin preocupaciones por una playa soleada, deslizarnos por la nieve blanca una y otra vez disfrutando de la sensación de la velocidad, acompañar a nuestros hijos en sus juegos con momentos compartidos en familia, o simplemente viajar al volante de nuestro automóvil sin prisas ni apremios de ningún tipo, deleitarnos con delicias gastronómicas tradicionales o típicas de la zona o región que visitamos. 

Pero existen pequeños momentos a lo largo del año que son breves y que nos dan un respiro y que guardan en escencia el anhelo de que ese pequeño respiro se prolongue, se extienda y que no termine jamás. Un pequeño instante de tiempo sentado en la desierta playa de otoño, caminando bajo la llovizna del invierno o tomando el aroma de una flor en la primavera y como no esa sensación de calidez en las noches de verano observando el cielo del atardecer.
Un pequeño momento que delata nuestro sentimiento de revelarnos a poder ser libres para saborear cada instante y cada momento único en la vida, aquellos que a veces nos perdemos de compartir aún estando allí. La sonrisa de nuestros hijos, sus primeras veces, ese atardecer rojo, o simplemente caminar de la mano de la persona amada, por una playa de arena negra, e infinitos placeres que componen instantes que no se repetirán y que quizás sean la clave para aprender a disfrutar de cada momento de nuestra vida...

No hay comentarios: